viernes, 4 de noviembre de 2011

Las fiestas de antes.

COMO ERAN LAS FIESTAS DE ANTESde Francisco Baena Valverde, el jueves, 11 de agosto de 2011 a las 16:13Recuerdo ya hace algunos años cuando yo era pequeño lailusión con que se esperaban las fiestas, ahora también pero antes era algoespecial debido a que durante todo el año no había atracciones para los niñoscomo los hay ahora, en cualquier bar o en cualquier parque. Nuestros padres nos decían, hoy hay que acostarse antes paraque amanezca pronto y así era. Por fin llegaba esa mañana donde aún estando enla cama te despertabas con el sonido de los cohetes que anunciaban que lasfiestas habían empezado, la banda de música recorría las calles del pueblotocando esa diana floreada que te hacía temblar, tanto de alegría como de estarviviendo algo distinto. Como era de costumbre el primer día a las doce de la mañana,pública de fiestas con repique de campanas, lanzamiento de cohetes y desfile degigantes y cabezudos, yo nunca me llegue a vestir de cabezudo tengo quedecirlo, me daba miedo, como a casi todos los niños. Recuerdo que las fiestas se hacían en la plaza de laiglesia, allí era donde se colocaban las atracciones y las casetas, llamadas “puestos”como el de turrón, el de tiro, el de los juguetes y como no el que más ilusiónnos hacía a todos, la tómbola, donde los mayores “metían” es decir compraban boletosque sumando la puntuación te daban a elegir por algún regalo, que casi siempreera una muñeca o un balón ya que era lo más económico. La noria, aunque no muy alta y empujada por los mismos dueños del columpio yque giraba por la propia inercia, era la atracción preferida. Como no, me acuerdo de las barcazas donde nos subíamos dos o cuatro personas y que las tenías que empujar con tu propia fuerza y que habíaquien las ponía casi perpendicular es decir bocabajo. El columpio que no podía faltar en las fiestas era eltiovivo o el “reondo” que empujado por los propios niños, cuando cogíavelocidad el dueños daba la orden de “arriba” y era cuando los empujadoresdescansaban y se llevaban su premio hasta nueva orden de “empujando”. La música que solía escucharse en las distintas atraccionesera casi siempre de Manolo Escobar, aún la recuerdo “que viiiivaaa España”. Yasí esperábamos otra de las grandes y que nadie se perdía, el castillo defuegos artificiales, con sus espectaculares cohetes rateros, que iban a ras desuelo y que la gente intentaba saltar para evitar el quemarse. La verdad es que parece que lo estoy viviendo y me están entrandoganas casi de llorar, no sé si es por los buenos recuerdos que me están viniendoa la cabeza o porque me estoy dando cuenta de que me estoy haciendo mayor.Tiovivo

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